La participación de los niños en todas las etapas de la programación hizo que la fiesta de navidad fuera muy dinámica y emotiva. Como público o como artistas los niños disfrutaron e hicieron disfrutar a sus padres.
La CFCPM preparó a 15 niños, durante dos meses, en el arte del canto coral y en el de las danzas del Perú. La idea era de que los pequeños no fueran meros espectadores.
La CFCPM preparó a 15 niños, durante dos meses, en el arte del canto coral y en el de las danzas del Perú. La idea era de que los pequeños no fueran meros espectadores.
El coro de niños interpretó villancicos peruanos y latinoamericanos logrando emocionar a niños , padres y familiares. Portando una vela encendida, los de la coral avanzaron desde el fondo hasta posesionarse en el escenario, creando una atmósfera muy íntima. Allí los recibió y acompañó la guitarra de César Vera, director del coro, para fundirse en una interpretación con sentimiento y mucho arte. Los aplausos y los vítores no escasearon.
El grupo de danzas interpretó una coreografía de bailes, adaptada a la navidad, de las tres regiones geográficas que conforman el Perú . Sorprendió la facilidad con que los niños, muchos de ellos nacidos en España, se aprendieron los pasos y se interiorizaron rápidamente con la música y las danzas de sus padres. A ellos pareció encantarles y seguramente querrán continuar aprendiéndolos.
Gran parte del éxito de estas presentaciones se explican por la colaboración de unos padres entusiastas que en todo momento estuvieron al lado de sus niños, acompañándolos y alentándolos. Algunos de ellos incluso apoyaron en el desarrollo de la coreografía y de los ensayos, de la mano de Sharon Palacios, Reina de La Valentina de Oro de 2004.
Como una manera de recompensar el esfuerzo que hicieron, sacrificando sus sábados, los artistas infantiles recibieron un diploma de manos del representante de la CFCPM.
La satisfacción con que los peques recibieron sus diplomas y el orgullo con que se los mostraban unos a otros nos hizo recordar de que en la vida hay otras cosas tan o más importantes que el dinero o los regalos materiales.
Otro de los regalos no materiales fue el taller "Amor y Psique" de "Mitoart", dirigido por Elena Morán. Un taller enfocado de una manera muy innovadora con la finalidad de ayudar al crecimiento personal e intelectual, usando para ello una pedagogía imaginativa en la que se revaloriza el descubrimiento, la fantasía y el juego como instrumentos de aprendizaje.
A la invitación que se hizo entre todos los concurrentes, respondieron prontamente 32 niños, siendo los de mayor edad los que más interés tuvieron por participar.